La Comisión de Derechos Sociales visita la sede del Teléfono de la Esperanza
Se detecta un aumento de llamadas, muchas de las cuales se corresponden con situaciones de riesgo vital, y mayor demanda de ayuda por parte de adolescentes
La Comisión de Derechos Sociales ha visitado hoy la sede del Teléfono de la Esperanza, sita en el barrio pamplonés de la Rochapea y operativa desde 1978.
Los Parlamentarios/as que han asistido han sido Maribel García Malo, Luis Zarraluqui (G.P. UPN), Bakartxo Ruiz (G.P. Bildu), Mikel Buil (G.P. Podemos-Ahal Dugu), Nuria Medina (G.P.PSN) y Javier García (G.P. PPN).
Los Parlamentarios/as han sido recibidos por Fernando García, Presidente del Consejo de Centro, Teresa Gil, vicepresidenta, Alfonso Echávarri, coordinador de programas y psicólogo, Paula Fuentes, psicóloga, Lourdes Barragán, administrativa, y Susana Burusko, voluntaria.
El objeto de la visita, solicitada por UPN, Geroa Bai, EH Bildu, PSN, Podemos-Ahal Dugu, PPN e I-E, ha sido “conocer in situ las instalaciones, equipamientos y programas de los que se sirve el Teléfono de la Esperanza para atender una demanda centrada en la escucha de calidad.
A continuación se ha celebrado una reunión, en el transcurso de la cual Fernando García ha expuesto la estrategia y el modelo de gestión de un servicio dirigido a la “promoción de la salud entre personas con crisis emocional, desde una concepción gratuita, anónima y personalizada”.
El Teléfono de la esperanza cuenta con 105 voluntarios que, antes de atender de forma desinteresada a las personas que llaman, se preparan durante año y medio para ser escuchantes. “A partir de ahí la formación es continua, porque solo con voluntad no basta. Hay que hilar muy fino, pues a veces las crisis son muy profundas y la responsabilidad es enorme. Su misión es hablar poco y escuchar mucho”, ha concretado su máximo responsable.
A ese respecto y en alusión al notable incremento de llamadas (3.673, un 46,33% más) registrado en los nueve primeros meses de este año, Paula Fuentes ha destacado que, cifras al margen, lo más significativo es que “un porcentaje reseñable de casos se corresponde con situaciones graves, de riesgo vital y afecta a gente de todas las edades y escalas sociales”.
En ese contexto, Fuentes se ha referido a la demanda experimentada entre el colectivo de adolescentes, que “ahora se atreven a llamar e incluso a personarse. Nos han conocido a través de alguna charla y ya no nos ven como un servicio exclusivamente dirigido a personas mayores. Eso es bueno. Por lo demás y dado que con las cifras hay que ser muy cautos, el año que viene veremos si el aumento de llamadas es o no coyuntural”.
En lo que a la financiación respecta, Alfonso Echavarri ha desvelado que la subvención que vienen recibiendo del Gobierno de Navarra en los últimos tres o cuatro años ronda los 70.000 euros. “En su día llegamos a percibir hasta 120.000… No acostumbramos a traducir nuestra labor en números, pero nos gustaría ingresar algo más, entre otras cosas porque nuestra área de psicología está acreditada desde enero de 2014 como centro sanitario, con el consiguiente ahorro para la sanidad pública. En lo que va de año nuestro departamento de Psicología ha atendido 162 casos”.
Fernando García, por su parte, ha indicado que la falta de apoyo de los ayuntamientos les ha obligado a centralizar todos los servicios en la sede de Pamplona. “No ha sido posible continuar llevando fuera nuestros recursos porque, aunque la acogida de la gente ha sido estupenda en localidades como Tudela, Estella-Lizarra o Tafalla, no teníamos ni para pagar el combustible. También hemos notado que a nuestros cursos cada vez viene más gente de los pueblos”.
Según datos facilitados por el equipo gestor del Teléfono de la Esperanza, el número de personas inscritas en los cursos y talleres organizados para el curso 2016/17 es de 457, siendo los más demandados Conocerse para crecer, Programa Entre Amigos, Autoestima afectiva y Autoestima.
Concluido el encuentro, los Parlamentarios han recorrido las instalaciones y han transmitido su felicitación al Consejo de Centro y a todos los profesionales (una administrativa a tiempo parcial y dos psicólogos, uno a media jornada) y voluntarios que hacen posible este “recurso de ayuda altruista”.