Publicada el Martes, 29 de Octubre de 2019

Presentación del informe Plan de Género y Salud 2018-20 elaborado por el Ministerio de Salud Pública Saharaui

Médicos del Mundo sitúa la perspectiva de género en la base del reconocimiento, garantía y provisión del derecho a la salud de la población saharaui refugiada en los campamentos

El Parlamento de Navarra ha acogido hoy la presentación del Plan de Género y Salud 2018-20, un informe que, elaborado por el Ministerio de Salud Pública Saharaui en colaboración con Médicos del Mundo, plantea una serie de acciones y estrategias tendentes a incorporar el enfoque de igualdad en la vida política de la RASD, tanto a nivel estructural como de cultura organizativa.

 

Realizado en el marco del proyecto Mejorando el acceso de las mujeres a los servicios de salud sexual y reproductiva de calidad con perspectiva de género en los campamentos, el informe constata la existencia de voluntad política para integrar y dar voz a las mujeres en puestos de participación y toma de decisiones, también en lo tocante a su aplicación práctica en los emplazamientos de refugiados saharauis.

 

No obstante, esta “aparente actitud abierta e incluso impulsora por atraer a mujeres a puestos de mayor responsabilidad y visibilidad” choca, no tanto en el ámbito de la salud como en otros más masculinizados, con ciertas manifestaciones tendentes a “ceñir el papel de la mujer a su rol reproductivo”.

 

En ese sentido, cabe apuntar que el Plan Estratégico de Salud 2016-20 ha supuesto un giro en la apuesta política por avanzar en la igualdad de género, hasta el punto de generar una “ventana de oportunidad” que, sin embargo, no encuentra traslación en la mayoría de los documentos de planificación de los programas del Ministerio de Salud saharaui. Únicamente el Plan Nacional de Salud Reproductiva (PNSR) puede considerarse un “ejemplo de experiencia exitosa en cuanto a vinculación entre perspectiva de género y mejora de la calidad de los programas sanitarios”.

 

A ese respecto, se subraya el logro de resultados concretos que tienen que ver con el empoderamiento de las mujeres a nivel de acceso equitativo a recursos y beneficios, incremento de su participación en la toma de decisiones sobre su salud y sobre política sanitaria y progresiva institucionalización de género en el Ministerio de Salud Pública. Todo ello acompañado de una mayor visibilización y reconocimiento en el mantenimiento de la salud de su comunidad.

 

En términos generales, el resultado ha sido un “notable avance en la promoción de una gestión sanitaria informada y participada”, a lo que ha contribuido también la creación de espacios institucionalizados de comunicación, intercambio y coordinación entre el personal médico-sanitario y los altos cargos del MSP saharaui.

 

A nivel estructural, el informe señala que, si bien las mujeres ocupan algo más de la mitad de los puestos del sistema de salud (59,8%), proporción que se eleva al 70% en el caso del personal médico-sanitario, únicamente el 9,8% accede a puestos de dirección. Por lo tanto, a pesar del “reconocimiento social y profesional” que se les profesa, las féminas “predominan en la base del sistema de salud saharaui, pero están sub-representadas en la cúspide, esto es, en los niveles de toma de decisión política, planificación y distribución de recursos”.

 

Entre las debilidades relevantes desde la perspectiva de género se citan la sobrecarga de tareas y responsabilidades, las dificultades de conciliación, la escasez de incentivos y de vías de reciclaje profesional, así como la desmotivación. Consecuencia directa de todas esas deficiencias son el “abandono temprano de la profesión y los impedimentos para incorporar mujeres al sistema de formación sanitario y, de manera específica, a la Escuela de Enfermería”.

 

A la vista de esta aproximación diagnóstica, el Plan de Género y Salud 2018-20 se plantea como objetivo el logro de la “igualdad de oportunidades y no discriminación en el reconocimiento, garantía y provisión del derecho a la salud de la población saharaui refugiada”. A tal fin, se defiende el principio de equidad como “valor estratégico y elemento clave a la hora de favorecer la eficiencia, la calidad y la modernización de la gestión política y la cultura organizativa” en el ámbito institucional sanitario.

 

A decir de Noelia Cobo, coordinadora de género de Médicos del Mundo en los campamentos de personas refugiadas, “es la primera vez que se hace un plan de género dentro una institución pública saharaui, ese es el principal valor de un documento que, por otra parte, mejora la calidad de los servicios sanitarios y las condiciones laborales de sus profesionales”.

 

Meya Ali, enfermera y responsable de dispensario, habla del Plan de Género y Salud en términos de “ejemplo, de modelo social para el resto de instituciones, porque en el momento que se compruebe que las mujeres pueden acceder a espacios de decisión mejorando sus condiciones de conciliación, lo lógico es que se expanda, que se imite”.

 

La presentación del Plan de Género y Salud 2018-20 ha corrido a cargo de Noelia Cobo, coordinadora de género de Médicos del Mundo en los campamentos de personas refugiadas; Meya Ali, enfermera y responsable del dispensario Agueinid en la wilaya de Auserd; y Doumaha Aylene, coordinadora nacional del programa de salud mental.

 

El informe forma parte del proyecto Sí, ¿saharaui? Bai: Mujeres, cultura y salud, un programa de Médicos sin Fronteras financiado junto a Gobierno de Navarra, Parlamento de Navarra y Ayuntamiento de Pamplona.

 

La charla-presentación de esta tarde se enmarca en la iniciativa Parlamento Abierto, un programa ideado para dar cauce a la discusión de iniciativas ciudadanas de interés social.

 

Entre los asistentes a la ponencia se encontraban Maiorga Ramírez, Secretario Segundo de la Mesa y encargado de introducir y contextualizar la charla, Carlos Mena, coordinador del intergrupo parlamentario Paz y libertad en el Sahara, Ainhoa Unzu (PSN), Isabel Aranburu (Geroa Bai), Patricia Perales (EH Bildu); Adderahman Lehbib Breika, nuevo delegado del Frente Polisario para la Comunidad Foral; y Mohamed Abdalahi, subdelegado.