El Presidente del Parlamento acompaña a Sus Altezas en el Homenaje a los Reyes de Navarra
Durante la celebración litúrgica, la Presidenta de Navarra ha entregado al abad mitrado la bandeja que sostenía una de las urnas de plata utilizadas por las antiguas Cortes de Navarra para las votaciones
Tras la entrega del Premio Príncipe de Viana a Antonio López, ha tenido lugar en el mismo monasterio el homenaje a los Reyes de Navarra.
El acto se ha iniciado sobre las 12,15 horas, en la plaza de los ábsides, cuando junto a la puerta del Monasterio y mientras comenzaba el repique de campanas, se ha formado el cortejo, formado por: alguacilillos que portaban la corona de flores para la ofrenda; ujier que lleva la urna de plata con el donativo simbólico para el mantenimiento del culto en el templo; rey de armas y maceros; y la corporación dispuesta en forma de U, compuesta por los miembros del Gobierno de Navarra, presidentes de la Comunidad Foral y del Parlamento, y presidido por Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias y de Viana.
El cortejo ha recorrido la calzada exterior del recinto del Monasterio hasta llegar a la Puerta Speciosa. La Banda de Trompetas y Timbales ha interpretado la “Marcha para la Entrada del Reyno”, que ha sonado mientras la comitiva realizaba el recorrido. Bajo la Puerta Speciosa, la comitiva ha posado para una fotografía. En el umbral de la puerta, el abad mitrado ha saludado a Don Felipe y Doña Letizia y les ha ofrecido agua bendita.
En el interior de la iglesia abacial, mientras sonaba al órgano el Himno Nacional, Don Felipe y Doña Letizia han ocupado su sitial, dispuesto junto al presbiterio, desde donde han seguido la celebración litúrgica, que ha presidido el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez González, y en la que han concelebrado el abad y los sacerdotes de la comunidad benedictina del Monasterio.
La parte musical de la ceremonia ha corrido a cargo del Coro de Monjes del Monasterio y de la Coral Nora de Sangüesa, dirigida por Bruno Jiménez.
En su homilía el arzobispo de Pamplona, que ha dirigido sus palabras sentado, ha reconocido que el monasterio de Leyre es el ambiente adecuado para “recordar y rezar por los reyes de Navarra”, porque “un pueblo que recuerda y celebra su historia está vivo y tiene porvenir”.
En el momento del ofertorio, la Presidenta de Navarra se ha desplazado desde su lugar en la primera fila de la nave, hasta el centro del presbiterio, donde ha entregado al abad mitrado la bandeja que sostenía una de las urnas de plata utilizadas por las antiguas Cortes de Navarra para las votaciones, urna que contenía el donativo simbólico de las Instituciones para el mantenimiento del culto en el Monasterio.
Al concluir la misa, Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias y de Viana, acompañados por la Presidenta Barcina y por el abad del monasterio, se han trasladado hasta el sepulcro de los primeros Reyes de Navarra, cuyos restos se custodian en un arca neogótica de madera decorada con adornos metálicos, y situado en el muro norte del templo. Al parecer, el arca contiene los restos de los primeros reyes del reino de Pamplona, precursor del reino de Navarra, entre los que figuran Íñigo Arista (primer rey de Pamplona, siglo IX), García I Íñiguez (siglo IX), Fortún Sánchez I (último rey de la dinastía Íñiga, siglo IX), Sancho I Garcés (siglo X), García Sánchez I (siglo X) y Sancho Garcés II Abarca (siglo X).
Allí, Don Felipe ha depositado una corona de flores rojas con la leyenda “Felipe y Letizia, Príncipes de Asturias y de Viana”. Con ello se ha dado por concluido el acto.