Publicada el Montag, 14 de Oktober de 2019

El Parlamento de Navarra hace suya la Declaración de Principios sobre la Tolerancia de la UNESCO

Aprobación en Mesa y Junta de Portavoces. Día 14 de octubre de 2019

La Junta de Portavoces ha aprobado una declaración institucional por la que el Parlamento de Navarra hace suya la Declaración de Principios sobre la Tolerancia de la UNESCO, presentada por los G.P. PSN, G.P. Geroa Bai, G.P. EH Bildu, A.P.F. de Podemos Ahal Dugu y G.P. Mixto-Izquierda-Ezkerra.

 

La declaración ha sido aprobada con el apoyo de todos los grupos, excepto el punto 17 al que Navarra Suma ha votado en contra.

 

La declaración institucional aprobada dice lo siguiente:

 

“El Parlamento de Navarra hace suya la Declaración de Principios sobre la Tolerancia de la UNESCO y declara que:

 

l. La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz.

 

2. Tolerancia no es lo mismo que concesión, condescendencia o indulgencia. Ante todo, la tolerancia es una actitud activa de reconocimiento de los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los demás. En ningún caso puede utilizarse para justificar el quebrantamiento de estos valores fundamentales. La tolerancia han de practicarla los individuos, los grupos y los Estados.

 

3. La tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos humanos, el pluralismo (comprendido el pluralismo cultural), la democracia y el Estado de derecho. Supone el rechazo del dogmatismo y del absolutismo y afirma las normas establecidas por los instrumentos internacionales relativos a los derechos humanos.

 

4. Conforme al respeto de los derechos humanos, practicar la tolerancia no significa tolerar la injusticia social ni renunciar a las convicciones personales o atemperarlas. Significa que toda persona es libre de adherirse a sus propias convicciones y acepta que los demás se adhieran a las suyas. Significa aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son. También significa que uno no ha de imponer sus opiniones a los demás.

 

5. La tolerancia exige justicia e imparcialidad en la legislación, en la aplicación de la ley y en el ejercicio de los poderes judicial y administrativo. Exige también que toda persona pueda disfrutar de oportunidades económicas y sociales sin ninguna discriminación. La exclusión y la marginación pueden conducir a la frustración, la hostilidad y el fanatismo.

 

6. A fin de instaurar una sociedad más tolerante, los Estados han de ratificar las convenciones internacionales existentes en materia de derechos humanos y, cuando sea necesario, elaborar una nueva legislación, que garantice la igualdad de trato y oportunidades a todos los grupos e individuos de la sociedad.

 

7. Para que reine la armonía, es esencial que las personas, las comunidades y las naciones acepten y respeten el carácter multicultural de las familias humanas. Sin tolerancia no puede haber paz, y sin paz no puede haber desarrollo ni democracia.

 

8. La intolerancia puede revestir la forma de la marginación de grupos vulnerables y de su exclusión de la participación social y política, así como de la violencia y la discriminación contra ellos. Como confirma el Artículo 1.2 de la Declaración sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, "todos los individuos y los grupos tienen derecho a ser diferentes".

 

9. En el mundo moderno, la tolerancia es más esencial que nunca. Nuestra época se caracteriza por la mundialización de la economía y una aceleración de la movilidad, la comunicación, la integración y la interdependencia; la gran amplitud de las migraciones y del desplazamiento de poblaciones; la urbanización y la transformación de los modelos sociales. El mundo se caracteriza por su diversidad, la intensificación de la intolerancia y de los conflictos, lo que representa una amenaza potencial para todas las regiones. Esta amenaza es universal y no se circunscribe a un país en particular.

 

10. La tolerancia es necesaria entre los individuos, así como dentro de las familias y de la comunidad. El fomento de la tolerancia y la inculcación de actitudes de apertura, escucha recíproca y solidaridad han de tener lugar en las escuelas y las universidades, mediante la educación extraescolar y en el hogar y en el lugar de trabajo. Los medios de comunicación pueden desempeñar una función constructiva, facilitando un diálogo y un debate libres y abiertos, difundiendo los valores de la tolerancia y poniendo de relieve el peligro que representa la indiferencia al ascenso de grupos e ideologías intolerantes.

 

11. Como se afirma en la Declaración de la UNESCO sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, es preciso adoptar medidas, donde hagan falta, para garantizar la igualdad en dignidad y derechos de las personas y grupos humanos. A este respecto se debe prestar especial atención a los grupos vulnerables socialmente desfavorecidos para protegerlos con las leyes y medidas sociales en vigor, especialmente en materia de vivienda, de empleo y de salud; respetar la autenticidad de su cultura y sus valores y facilitar su promoción e integración social y profesional, en particular mediante la educación.

 

12. La educación es el medio más eficaz de prevenir la intolerancia. La primera etapa de la educación para la tolerancia consiste en enseñar a las personas los derechos y libertades que comparten, para que puedan ser respetados y en fomentar además la voluntad de proteger los de los demás.

 

13. La educación para la tolerancia ha de considerarse un imperativo urgente; por eso es necesario fomentar métodos sistemáticos y racionales de enseñanza de la tolerancia que aborden los motivos culturales, sociales, económicos, políticos y religiosos de la intolerancia, es decir, las raíces principales de la violencia y la exclusión. Las políticas y los programas educativos deben contribuir al desarrollo del entendimiento, la solidaridad y la tolerancia entre los individuos, y entre los grupos étnicos, sociales, culturales, religiosos y lingüísticos, así como entre las naciones.

 

14. La educación para la tolerancia ha de tener por objetivo contrarrestar las influencias que conducen al temor y la exclusión de los demás, y ha de ayudar a la juventud a desarrollar sus capacidades de juicio independiente, pensamiento crítico y razonamiento ético.

 

15. El Parlamento de Navarra muestra el compromiso de los políticos/as que lo integramos en calidad de representantes de la ciudadanía, de introducir discursos y utilizar formas que fomenten la tolerancia y la diversidad.

 

16. El Parlamento de Navarra se compromete a seguir apoyando programas de investigación sobre ciencias sociales y de educación para la tolerancia, los derechos humanos y la no violencia. Para ello hará falta conceder una atención especial al mejoramiento de la formación del personal docente, los planes de estudio, el contenido de los manuales y de los cursos y de otros materiales pedagógicos, como las nuevas tecnologías de la educación, tal y como se viene haciendo desde el Gobierno de Navarra desde 2015, a fin de formar una ciudadanía atenta a los demás y responsables, abierta a otras culturas, capaz de apreciar el valor de la libertad, respetuosa de la dignidad y las diferencias de los seres humanos y capaz de evitar los conflictos o de resolverlos por medios no violentos.

 

17. El Parlamento de Navarra se compromete a seguir fomentando la tolerancia y la no violencia mediante el apoyo a programas y actuaciones o iniciativas en los ámbitos de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación, tal y como se viene haciendo desde 2015 desde la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos”.