Publicada el Jeudi, 3 de mars de 2016

Conferencia sobre los 'Beneficios del TTIP para las pymes y el empleo'

Jochen Muller dice que la meta es lograr "más crecimiento y empleo a través de más comercio e inversiones, sin rebajar los ratios laborales y medioambientales"

El Parlamento de Navarra ha acogido esta tarde una conferencia sobre los Beneficios del TTIP para las pymes y el empleo, a cargo de Jochen Muller, Coordinador Político de la Comisión Europea en la representación de la Comisión Europea en España.

 

Pablo Zalba, eurodiputado del PP, ha sido el encargado de introducir y contextualizar una conferencia centrada en el alcance del TTIP, un acuerdo que “no está pensado para las multinacionales, ni para desmontar los servicios públicos, sino para las pequeñas y medianas empresas”.


Muller ha explicado que el Tratado de Libre Comercio entre Europa y EEUU (TTIP) es un acuerdo comercial de gran alcance que se está negociando actualmente entre la Comisión Europea y el Gobierno de los EEUU, cuyo propósito es “facilitar la inversión directa y la eliminación de obstáculos burocráticos” para el acceso al mercado.


En ese sentido, Muller ha indicado que el objetivo del TTIP pasa por conseguir “más crecimiento y empleo” a través de “más comercio e inversiones” entre ambos bloques comerciales. Para eso “queremos bajar y, en muchos casos, eliminar aranceles que todavía existen en muchos sectores y descartar otros obstáculos no-arancelarios como las trabas administrativas, las dobles inspecciones y barreras técnicas en una serie de sectores industriales”.


Todo ello, según ha precisado, “sin rebajar nuestros estándares laborales, medioambientales o de seguridad alimentaria, tal y como algunos nos quieren hacer creer. El objetivo es tener un texto definitivo antes de final de año. Después el acuerdo tendrá que ser ratificado por los Estados miembro de la UE en el Consejo de la UE, por el Parlamento Europeo y, probablemente, por los parlamentos nacionales y, por supuesto, por la parte americana. Eso también llevará su tiempo, al menos otro año antes de que pueda entrar en vigor”.

 

Muller ha apuntado que el TTIP es también relevante para España desde un punto de vista geopolítico, en concreto, “por su capacidad para establecer normas en diferentes ámbitos que se conviertan en un referente mundial. España también podría beneficiarse de sus lazos históricos, económicos y lingüísticos con los EE.UU. (y todo el continente americano), así como de su propia posición geográfica”.

Estas circunstancias “son especialmente pertinentes si se tienen en cuenta las infraestructuras de España, no en vano tres de los diez puertos comerciales europeos más importantes (Valencia, Barcelona, Algeciras) y seis de las 13 terminales portuarias para gas natural licuado (GNL) se encuentran en nuestro país. España, por tanto, podrían reforzar su posición como uno de los puntos fundamentales de entrada para el comercio entre la UE y los EE.UU., incluida la energía”.


En lo tocante a la creación de Tribunales de Arbitraje Internacional para resolver las disputas entre inversores privados y Estados, uno de los aspectos más controvertidos del Tratado, Muller ha apuntado que esos mecanismos “ya existen desde el año 1959. Actualmente la UE y sus Estados miembro tienen unos 1300 acuerdos con países terceros que incluyen esos mecanismos”.


No obstante, ha matizado Muller, se trata de mecanismos de primera generación, es decir, “tienen bastantes debilidades y lo que se pretende es modernizar el sistema a base de más transparencia, deliberaciones públicas y listas preestablecidas de árbitros para garantizar su independencia. Además, se quiere limitar su uso a dos casos muy concretos, expropiaciones y discriminación".

 

Por tanto, “no se trata, como temen algunos, de favorecer una avalancha de demandas por parte de empresas multinacionales con respecto a sus inversiones cuando la UE o los Estados miembros cambien sus leyes. Se desea mejorar el sistema”.


Respecto a los sectores que se verían más favorecidos por el TTIP, Muller ha avanzado que “se busca un acuerdo lo más amplio posible, aunque hay sectores en los que la cooperación es más obvia que en otros, por ejemplo en textil, automoción, farmacéutica, maquinaria, cosmética o química. También hay un gran interés europeo para abrir el mercado de licitaciones publicas en EE.UU. Allí tienen grandes oportunidades los sectores de la construcción, pero también marítimo-portuarios. En lo que atañe la agricultura y la alimentación, no es verdad que saldremos perdiendo, ya hoy en día el balance comercial es positivo y las oportunidades son inmensas considerando lo dinámico que es el mercado americano”.


Ahondando en lo dicho, Muller se ha referido al horizonte “favorable” que, en ese contexto, aguarda al sector lácteo (leche, queso, yogures etc.), ahora mismo lastrado por “aranceles muy altos” para exportar a EE.UU. “Si los eliminamos, los productores europeos exportaran más. Lo mismo sucede con muchas bebidas alcohólicas de calidad que, como el vino, cuentan con una gran producción en España. Y luego están todo lo que son productos alimentarios procesados y conservas (alcachofas, aceitunas, pescado, frutos, vegetales), cuyo potencial exportador es también enorme”.


Jochen Muller ha concluido aludiendo al privilegiado lugar que ocupa EE.UU. en el comercio exterior de España, tal es así que en 2014 fue el primer mercado de exportación fuera de la UE, con unos flujos comerciales que alcanzaron los 20.953 millones de euros. “De todas las empresas exportadoras en España, alrededor de dos tercios son pymes (más de 70.000). Por ello, se estima que “las pymes serán las primeras beneficiarias de este acuerdo, ya que son las mayores exportadoras en los sectores industriales con más potencial de intercambio comercial con EE.UU”.

 

Entre los asistentes a la conferencia se encontraban los Parlamentarios Jokin Castiella (G.P. Geroa Bai), Rubén Velasco (G.P. Podemos-Ahal Dugu), Ana Beltrán y Javier García (A.P.F. PPN).