Acto de inauguración de la exposición itinerante ‘Una habitación no es un hogar’
Promovida por Elkarri Laguntza en colaboración con la PAH del Casco Viejo, reúne 16 fotos de Iván Benítez dirigidas a visibilizar a las familias en "emergencia habitacional"
La Presidenta del Parlamento, Ainhoa Aznárez Igarza, ha inaugurado esta tarde la exposición Una habitación no es un hogar, una colección de 16 fotografías, obra de Iván Benitez, con la que la asociación Elkarri Lagunza-Apoyo Mutuo, en colaboración con la Plataforma de personas afectadas por Hipotecas y Desahucios de Alquiler, pretende contribuir a “reforzar la solidaridad y el apoyo a las familias que viven en emergencia habitacional”.
El acto ha tenido lugar en el Atrio de la sede de la Cámara y ha contado con la asistencia de las Parlamentarias Isabel Aranburu, Virginia Alemán (Geroa Bai), Asun Fernández de Garaialde (EH Bildu) y Tere Sáez (Podemos-Ahal Dugu).
El objetivo de la muestra, según ha constatado Ainhoa Aznárez en el transcurso de su intervención inaugural, es “invitar a reflexionar sobre la situación de vulneración de derechos que, en contra de los dictados de la propia Constitución, a la que tantas veces se invoca, padecen muchas vecinas y vecinos de Pamplona, Navarra y del conjunto del Estado”.
En ese sentido y a propósito de la obligación de remover obstáculos para “hacer efectivo el derecho a una vivienda digna y adecuada”, la Presidenta ha instado a los poderes públicos a “regular la utilización del suelo de acuerdo con el interés general. Se trata de evitar la especulación y preservar las condiciones de habitabilidad dentro de parámetros acordes a la dignidad de las personas”.
Luisa Jusué, miembro de la PAH del Casco Viejo de Pamplona (Plataforma de Personas Afectadas por Hipoteca y Desahucios de Alquiler) y Trabajadora Social, ha incidido en la necesidad de “hacer visible la situación que padecen un número cada vez mayor de personas y familias con escasa capacidad económica, condenados a que su residencia habitual sea una habitación de pocos metros cuadrados. Ese hacinamiento, esa obligación de compartir espacio con personas a las que, a menudo, no les une ningún tipo de vínculo, resulta impropio de una sociedad moderna”.
Las consecuencias, según ha precisado, se antojan “nefastas, pues afectan a otras esferas de la vida tan relevantes como la salud, el desarrollo personal y, en el caso de la infancia y la adolescencia, el aprendizaje”.
Ángela Toala, miembro de la PAH y afectada por una situación de infravivienda, ha ofrecido el testimonio de una persona que “desde hace un lustro vive con su hija de cuatro años y una tía de 51 en una habitación alquilada, por la que abona 200 de los 750 euros que gana al mes como empleada. Imposible plantearme otra salida con esos ingresos, de no tener acceso a una vivienda social, porque el parque privado de alquiler es reducido y caro. Lo único que pedimos es un poco de colaboración”.
La exposición Una habitación no es un hogar muestra, a través de una serie de imágenes tomadas por Iván Benítez, la extrema precariedad y vulnerabilidad a la que están sometidas personas y familias condenadas a vivir en 10 metros cuadrados. Esa pobreza, consecuencia de una triple exclusión a nivel social, económico y residencial, nos traslada al universo íntimo de las habitaciones realquiladas.
La muestra permanecerá abierta al público en el Atrio de la sede de la Cámara hasta el 31 de marzo, en horario de 10 a 20 horas, de lunes a viernes, y de 11:30 a 14:00 los sábados.